Por lo que he podido conocer, para muchas familias pasa a ser un momento
significativo, una ceremonia que no se quieren perder y no sólo por
creencias religiosas sino porque por generaciones llevamos una carga
enorme en la estética de la cabeza.
Al pelo del recién nacido se le
conoce como “lanugo” es un vello fino y muy suave que cubre la cabeza y
casi todo el cuerpo, al transcurso de las primeras semanas desaparece.
Algunos nacen con una cabellera muy crecida y otros casi pelados,
ninguna de estas características de color ni cantidad son definitivas.
La
sustitución del vello es paulatina y por partes, lo que hace que por
una necesidad estética cortemos el pelo del bebe. Manteniendo el cabello
corto se evita que se formen nudos con el roce de la almohada y la
traspiración excesiva sobre todo en los meses de verano.
Como la piel
del recién nacido es tan sensible es recomendable que la herramienta de
corte no tenga contacto con la piel, previniendo una irritación. Con
estos primeros cortes se logra dar una uniformidad en cuanto al largo.
Alrededor del año y medio ya tienen una hebra más gruesa y se definen
textura y densidad lo que permite orientar una partidura y estilo de
corte.